domingo, 10 de julio de 2011

La importancia de una buena promoción

De cara a la publicación de mi segunda novela, empiezan los contactos. Ya he comenzado a pedir presupuestos para la cartelería que anunciará mi libro, e incluso me he puesto en contacto con varias imprentas para el diseño de los marcapáginas. Es algo que no hice cuando publiqué mi primer libro, y de lo que me arrepiento profundamente. Tengo previsto empapelar facultades, cafeterías, librerías... con el fin de que todo el mundo sepa de la publicación de mi novela. Del mismo modo, repartiré marcapáginas en todas las librerías de la ciudad, para que los regalen a todo aquel que compre un ejemplar de mi libro o de cualquier otro.
La finalidad es bien sencillas: que mi libro suene. Que cuando alguien haga un comentario acerca de la novela, todo el mundo haya visto un cartel o utilizado un marcapáginas mio. Como escritor principiante que soy, no tengo muchos medios para darme a conocer, ya que la publicidad en revistas especializadas cuesta un ojo de la cara (Sí, me he informado de los precios, y me he reido un buen rato...). Es evidente que con la publicación de Mil cosas que no te dije antes de perderte no persigo el beneficio económico, sino la mayor difusión posible de mi obra, o lo que es lo mismo, darme a conocer. Tengo la descabellada idea de que, en caso de conseguir una mínima notoriedad, a lo mejor alguna de las editoriales con las que siempre he soñado publicar acabe fijándose en mí, aunque sea por pesao.
Estoy trabajando en el diseño de un trailer de mi novela, aunque nunca antes he hecho nada parecido. Esta claro que mi futuro no está en el mundo audiovisual, pero no creo que esté quedando mal del todo. Un poco cutre, pero bueno... Uno de los servicios que me ofrece la Editorial Círculo Rojo es la creación de un spot publicitario en Youtube, así que haré un pequeño trailer-book de mi propia cosecha, y despues dejaré que sean ellos los que me hagan uno en condiciones.
En fin, cada día que pasa queda menos para ver mi sueño cumplido. Ya ardo en deseos de estrechar el libro en mis brazos, y llevarlo en volandas hasta las librerías para que todo el mundo pueda disfrutar de él. Me esperan dos meses de trabajo duro, pero tengo las pilas cargadas de ilusión.

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