martes, 17 de enero de 2012

Cómo darse a conocer

Cuando se trata de buscar ideas para darse a conocer, el cielo es el límite. Un tipo llamado Andrew Kesser llegó a abrir una librería en el centro de Nueva York en la que sólo vendía un libro: el suyo. Ignoro si esta rocambolesca campaña hizo que aumentaran las ventas, pero lo que está claro es que le ha hecho mundialmente famoso. Y eso, en el mundillo editorial, es como si te hubiera tocado la lotería.
Porque hay famosos a los que les da por escribir, y reciben contratos millonarios de las grandes editoriales, pese a que la crítica se cebe con sus obras y duden de su talento, como en el caso de James Franco, que publicará su primera novela con Amazon. El negocio editorial suele preferir apostar por una obra mediocre de alguien conocido que por una buena novela de alguien que no asegure ventas. Por eso es tan importante darse a conocer.
Personalmente, aunque adoro escribir, no me entusiasma precisamente la idea de hacerme famoso. Sin embargo, sé que es necesario darme a conocer si quiero que mi obra llegue a estar donde se merece. Un error que cometí cuando publiqué mi primera novela fue no moverla lo suficiente. Ingenuo de mí, pensaba que con que la obra estuviera en las librerías era más que suficiente, y que podía quedarme en el sofá mientras se iba vendiendo. ¡Error!
Los libros, al igual que los discos, o las peliculas, hay que promocionarlos. Cuando no se tienen los medios de las grandes editoriales, esto se convierte en una odisea, y corremos el riesgo de vernos ninguneados tanto por la prensa como por las propias librerías, pero tengo una buena noticia para todos los que, como yo, comienzan en este mundillo: NO TENEMOS NADA QUE PERDER.
Dicho esto, el primer paso para cualquiera que publique sus primeros libros debe ser darse a conocer en las librerías. Hay excelentes libreros, amantes de los libros y de los escritores, y si teneis la suerte de dar con alguno de ellos, podréis contar con un poderoso aliado a la hora de vender vuestra obra. Ellos son los que recomiendan libros, ordenan escaparates, se encargan de las mesas de novedades... Y aunque los distribuidores y comerciales utilicen sus armas para poner sus obras en lo más alto de la pirámide alimenticia, una buena relación con los libreros puede hacer que podais competir con sus mismas armas, salvando las distancias.
Aunque no lo creais, a las librerías también les interesa llevarse bien con los escritores. Pensad que, aunque no seais muy conocidos, no todos los días conocen a los que escriben los libros que venden. Si teneis ocasión de hacer una presentación en alguna librería, no la desaprovecheis. Por un lado, vendereis un buen puñado de libros y, por otro, estareis obsequiando al establecimiento con vuestra presencia. Un escritor firmando libros da prestigio e imagen a cualquier librería.
Acudid a los periódicos, y a todas las revistas locales que conozcais. Obsequiad a los periodistas con un ejemplar de vuestra novela, e insistid en que os hagan un hueco en la sección de cultura. No os imaginais la de tonterías que se publican (dicho por los propios periodistas) porque en ocasiones no hay nada bueno que publicar. Y si no os hacen caso, insistid. Repito: No hay nada que perder.
Acudid a la radio y a las televisiones locales. A menudo tienen programas que hablan de cultura, y estarán encantados de contar con un escritor en el plató, sobre todo si es de la misma ciudad que los telespectadores.
Y, por último, invertid en vuestra obra. Imprimid una buena cantidad de marcapáginas y aseguraos de que nunca falten en las librerías. Imprimid una cartelería decente y empapelad vuestra ciudad sin miedo. Haceos un blog, moved vuestra obra en Facebook y Twitter. Mandad ejemplares a las principales páginas literarias a cambio de una reseña.
No olvideis que el cielo es el límite, y que si la mejor novela del mundo es invisible, nadie la leera.
¡Suerte!