lunes, 27 de mayo de 2013

Lo que otros han dicho sobre "Mil cosas que no te dije antes de perderte"



«Pese a ser ésta su segunda novela, la madurez de Benito Olmo en su escritura es más que notable. El alejarte de vez en cuando de los círculos editoriales más importantes te hace encontrar pequeñas joyas como ésta.»
César Malagón, www.librosyliteratura.es


«Benito Olmo ha sabido diseccionar con la precisión del bisturí el conjunto de alteraciones que producen cambios profundos en el alma de las personas.»
Pilar López Bernués, Anika Entre Libros


«Uno de los libros más entrañables que he leído en mucho tiempo. Es un libro que recomiendo, una novela que engancha desde el principio y que te mantiene durante toda su lectura en una profunda intriga.»


«Una buena novela que engancha de principio a fin, que mantiene la intriga hasta el final y en la que nada ni nadie es lo que parece.»


«Por eso os digo que ¡YO! Este libro no lo voy a dejar en un rincón de la estantería, sino que lo pienso releer una y otra vez para así estar más cerca de la ciudad que me vio nacer.»


«Un libro totalmente recomendable para un público tanto juvenil como adulto, tiene muy buenos principios y valores»

jueves, 23 de mayo de 2013

Reseña de "Memento mori", de César Pérez Gellida



Los que me conocéis sabéis que tengo por norma no reseñar otras novelas. Este blog nació como un espacio de promoción de mis libros, un lugar donde compartir experiencias con quien, como yo, comienza su andadura en el mundillo editorial. Sin embargo, en esta ocasión voy a tomarme la licencia de recomendar la primera novela del autor César Pérez Gellida. ¿El motivo? Puede que sea el hecho de que pocas veces una novela consigue emocionarme como lo ha hecho Memento mori. Pero vayamos por partes…
Memento mori es una novela negra de manual. Había oído hablar tanto y tan bien de ella que, la verdad, temía que me decepcionase. Sin embargo, el efecto que me ha producido su lectura ha sido justo el contrario. Como amante de la novela negra, no puedo hacer otra cosa que no sea quitarme el sombrero ante la destreza con la que el autor nos sumerge en este thriller trepidante que toma por escenario la ciudad de Valladolid.
Se trata de una de esas novelas excepcionales que surgen cada cierto tiempo y que hacen temblar los cimientos del mundillo editorial con la demostración de que se puede hacer literatura de calidad y, además, con una vocación claramente comercial. Comparar al autor con Stieg Larsson, como hacen algunos medios especializados, es quedarse corto. En mi opinión, Pérez Gellida tumbaría al autor sueco de un derechazo en el primer asalto antes siquiera de romper a sudar.
No voy a hablar del argumento de la novela ni de los personajes. Prefiero reservar al lector la experiencia de sumergirse en esta fascinante historia a ciegas, a sabiendas de que a las pocas páginas le será imposible escapar de una trama adictiva y original como pocas.
Tuve la suerte de coincidir con César Pérez Gellida en la Feria del libro de Valencia, y me pareció un tipo encantador con muchas cosas interesantes que contar. Su carácter humilde y afable poco tiene que ver con el aplomo y la habilidad narrativa que destila su primera novela.
Personalmente, estoy deseando volver a leer algo suyo. Espero que sea pronto.

martes, 7 de mayo de 2013

Mi amigo librero



Tengo un amigo que es librero desde hace más de 30 años. Le encantan los libros, y le apasiona su profesión. Toda una vida en el negocio da para mucho y, además de coleccionar un buen número de anécdotas relacionadas con el mundillo editorial,  su experiencia le ha convertido en todo un experto en el arte de vender libros. Para él no se trata sólo de un trabajo; es una vocación.
Verle en acción es un privilegio. Me encanta escucharle desgranar argumentos con sencillez, encandilar a los clientes contándoles lo justo y recomendándoles este o aquel libro en base a sus preferencias. Con sólo un vistazo, es capaz de catalogar a los lectores avispados y a los que sólo vienen a comprar libros para regalar. A estos últimos siempre intenta recomendarles alguna novela con la que iniciarse en la lectura, y a menudo lo consigue.
En el gremio es conocido por su simpatía y su memoria de elefante, capaz de recordar autores, títulos y colecciones olvidadas incluso por las propias editoriales. Otros libreros acuden a él cuando tienen alguna duda, o cuando algún cliente les hace un encargo difícil. Si por casualidad no puede dar con el libro que le piden, siempre sabe cómo conseguirlo, y es capaz de telefonear a distribuidores y editores para dar con libros olvidados o descatalogados.
Hace unos meses, la librería en la que mi amigo llevaba toda su vida trabajando estuvo a punto de echar el cierre. En parte por culpa de la crisis, pero también debido a la desidia de algunas instituciones a las que, a la hora de hacer frente a sus compromisos, parece no importarles en absoluto dejar a algunos pequeños empresarios en la estacada. Por suerte la librería pudo superar el bache, pero a costa del despido de algunos trabajadores. Entre ellos, mi amigo librero.
Él se lo toma con filosofía. «Es sólo una mala racha», asegura sin perder la sonrisa. Cuando cree que no miro su sonrisa se torna algo más triste, tal vez pensando que ya no está como para patearse la ciudad repartiendo currículos. O tal vez lamentando que esta maldita crisis haya puesto freno a su pasión.
No compadezco a mi amigo, porque sé que saldrá de esta. Es difícil encontrar libreros que se tomen su trabajo tan en serio. Creo que él también lo sabe, y por eso no desespera. Se ha convertido en un habitual de otras librerías, e incluso visita de vez en cuando su antiguo puesto de trabajo, donde disfruta aconsejando sin compromiso a todo al que ve dudar ante un libro.
Mi amigo es un loco de los libros. Estoy seguro de que le irá genial.