lunes, 26 de enero de 2015

¡No dejéis nunca de soñar!

 «No se puede vivir de la escritura. Es una utopía. En España sólo un puñado de elegidos pueden presumir de vivir de lo que escriben. Las editoriales prefieren tener 10 autores que vendan 100.000 libros a tener 1.000 autores que vendan 1.000 libros…»

¿Cuántas veces hemos escuchado estas reflexiones u otras igual de agoreras? ¿Por qué insistimos en regodearnos en lo difícil que está el mercado editorial en vez de centrar nuestros esfuerzos en revitalizarlo? ¿Por qué nos empeñamos en creer que difícil es sinónimo de imposible?

Demasiadas veces el miedo al fracaso es capaz de condicionar nuestra forma de ver el mundo. En lugar de pensar en las recompensas que nos esperan al final del camino, nos obsesionamos con los obstáculos que vamos a encontrar. ¿En qué momento dejamos de soñar?

No hay que tener miedo a los sueños. Todo lo que hoy es realidad alguna vez fue el sueño de alguien. ¿Acaso Dolores Redondo sabía que iba a conquistar a más de 500.000 lectores cuando comenzó a escribir El guardián invisible? ¿Intuía César Pérez Gellida el éxito que iba a cosechar su trilogía cuando empezó a darle a la tecla para combatir el insomnio? ¿Imaginaba Bruno Nievas, cuando colgó su primera novela gratis en internet, que iba a terminar convirtiéndose en uno de los autores de cabecera de Ediciones B?

Un día me crucé con el escritor Félix J.Palma y me obsequió con un gran consejo en forma de dedicatoria en mi ejemplar de El mapa del tiempo:

«Cree en ti mismo, y nunca pierdas la fe»

Llevo este consejo grabado a fuego en mi corazón y, desde aquel día, todos mis esfuerzos están concentrados en la misma dirección. Escribir es un oficio incierto, que en ocasiones se asemeja demasiado a un monólogo al que nadie parece hacer demasiado caso, pero estoy firmemente convencido de que el trabajo duro y el entusiasmo siempre obtienen su recompensa. Por eso no me da miedo admitir que mis aspiraciones están por las nubes y que voy a luchar con todas mis fuerzas por hacerme un sitio en el intrincado mundillo editorial y llegar al mayor número posible de lectores.

Desde este humilde blog quiero enviar un mensaje a todos los que, como yo, tratan de abrirse camino en esto de las letras: No dejéis nunca de soñar, porque es imposible saber dónde os llevarán vuestros sueños.

Fotografía de Oscar Cárdenas