Hoy me gustaría hablar sobre los miembros de las fuerzas
y cuerpos de seguridad que han decidido dar el salto y escribir novela
policiaca. Y es que no creo que haya nadie mejor para escribir sobre crímenes y
maleantes que quienes conviven con ellos a diario, sabiendo a ciencia cierta de
lo que hablan y sin dejarse contaminar por la realidad distorsionada que
acostumbran a reflejar los libros, las películas y las series de ficción.
No digo que no se pueda hacer, ojo. Es
perfectamente lícito retorcer la realidad y adecuarla a la ficción si con eso
se consigue un texto verosímil y un argumento de calidad, pero hay que
reconocer que una buena trama gana muchos enteros si lo que se cuenta en ella
sobre procedimiento policial es veraz y posible. La mejor historia, a mi
entender, es aquella que más se asemeja a la realidad.
Es el caso de Pere Cervantes, escritor y subinspector
de policía en Castellón. Su última novela se titula No nos dejan ser niños (Ediciones B) y cuenta la investigación del
asesinato de varias ancianas en la isla de Menorca. La protagonista, la agente
María Médem, refleja de forma fiel la figura del investigador actual y su lucha
diaria por separar su vida personal de la profesional. Una trama extremadamente
realista y bien contada de un autor al que conviene no perder de vista.
Y si hablamos de realismo no podemos
dejar de citar a Esteban Navarro, agente de la policía nacional y autor de
novelas como La casa de enfrente, Los fresones rojos y La noche de los peones, con la que vivió
su momento dulce al ser seleccionado como finalista del Premio Nadal. Sus
novelas se alejan del estereotipo del investigador de ficción y se centran en
el trabajo policial crudo y duro, sin sacarse ningún conejo de la chistera ni
engañar al lector en ningún momento. El propio Lorenzo Silva ha dicho de él que
«Esteban Navarro sabe el terreno que pisa
y lo cuenta como se debe, sin prestidigitaciones». Poco más se puede
añadir.
Otro investigador que ha decidido
volcarse en la creación literaria es Rafa Melero, agente de los Mossos
d’Esquadra y autor de La ira del Fénix,
que publicó originalmente con la editorial Círculo Rojo y que ahora ha sido
reeditada por Playa de Ákaba. Su experiencia como policía judicial le sirve
para reflejar en sus escritos lo que siente un investigador cuando se sumerge
en un caso difícil, contagiando al lector sus inquietudes y dudas. En unos
meses publicará su segunda novela, La
penitencia del alfil, de la mano de la editorial Alrevés.
Son sólo tres ejemplos de autores que
conjugan con gran acierto la investigación policial «real» con la novela negra
más tenebrosa. Historias con una credibilidad inaudita porque sus autores, sin
duda, saben de lo que escriben.
Muy bueno. Me ha gustado mucho este artículo. Saludos!!
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Dani. Estás en tu casa. Un abrazo!
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