Serían las 19:30, más o menos, de una de
las tardes más frías que se recuerdan en Sevilla. Con paso firme, embutida en
un grueso abrigo de color oscuro, Dolores Redondo entró en el salón de actos de
la Biblioteca Pública Infanta Elena, alzó la vista y obsequió a los asistentes
con una mirada cálida, una sonrisa tímida y un escueto «buenas tardes» que
difuminó por un momento su imagen de autora de éxito, traducida a 32 idiomas y
respaldada por más de 300.000 lectores, para mostrar a una persona mucho más
sencilla y campechana de lo que pudieran insinuar sus escandalosas cifras de
ventas.
La periodista Vicky Román abrió el acto
elogiando la Trilogía del Baztán, que culmina, y de qué manera, con Ofrenda a la tormenta. Una trilogía,
comentó, que combina a la perfección elementos tan dispares como la
investigación científica y racional y la mitología navarra, cuya simbiosis ha
originado uno de los fenómenos editoriales más importantes de los últimos
tiempos. Acto seguido cedió la palabra a Dolores, que no quiso entrar en faena
sin antes dar las gracias a los asistentes por las muestras de cariño recibidas
y por acudir a arroparla en una tarde tan fría, haciéndola sentir como en casa.
A continuación aclaró que el fin de la
Trilogía del Baztán no implica el fin de su protagonista, la inspectora Amaia Salazar, un personaje muy carismático que tiene gran parte de culpa del
éxito de la saga y con el que esperamos volver a encontrarnos en el futuro.
La presentación transcurrió de forma
plácida y agradable, alternando las preguntas de Vicky Román y las de los
asistentes, invitados a participar de forma espontánea. Alguien preguntó a
Dolores sobre la responsabilidad que suponía escribir la última novela de la
trilogía con la presión del éxito de sus predecesoras, a lo que respondió que
para ella las tres novelas eran una sola y que desde el primer momento tenía
claro el desenlace
A
la pregunta de cuál creía que era el motivo del éxito de su trilogía, Dolores argumentó
estar convencida de que se trataba del mestizaje entre investigación policial,
mitología y matriarcado, las piedras angulares sobre las que se sustenta la
trama de sus novelas. También culpó al personaje de Amaia Salazar, una
protagonista humana e imperfecta con quien resulta fácil conectar y que a lo
largo de la trilogía tendrá que dejar a un lado la parte más racional de su
cerebro para enfrentarse a los terroríficos sucesos que asolan el Valle del Baztán.
Una de las cuestiones más interesantes
que se le plantearon fue su opinión sobre la creencia en los fenómenos
paranormales y en la mitología navarra, a lo que respondió con una reflexión
sobre lo importante que es dejar de lado lo que uno piensa a la hora de
respetar las creencias de los demás. «La fe es un instrumento muy poderoso»
recordó, «y siempre habrá gente dispuesta a vivir, morir o matar por aquello en
lo que cree».
A modo de conclusión, Dolores/Amaia
afirmó sentirse muy orgullosa de haber disparado en sus novelas la tasa de
criminalidad de Elizondo, una pequeña localidad de poco más de 3.000 habitantes
que se ha convertido sin pretenderlo en un lugar de referencia para los amantes
de la novela negra de todo el mundo. Entre risas reveló que en la comisaría de
Policía de esa localidad hay un despacho con una placa con la inscripción Aquí investiga Amaia Salazar.
Una presentación amena y muy divertida
que concluyó con la autora atendiendo a sus lectores uno a uno y respondiendo a
las preguntas que algunos no se habían atrevido a hacerle en voz alta. «Porque
si hoy estoy aquí es gracias a vosotros» aseguró, «que sois los que habéis
hecho posible todo esto».
Mucho frío pero Dolores supo envolvernos con un ambiente muy cálido en la charla con ella
ResponderEliminarA mi también me dejó muy buen sabor de boca. Un saludo!
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