A pesar de que su presencia pasa
muchas veces desapercibida, el Agente Literario es uno de los elementos clave del
ecosistema editorial. Su función principal es la de representar a los
escritores y conseguir que sus manuscritos caigan en las manos adecuadas, algo
fundamental para conseguir un buen contrato de edición.
En cierto modo, el escritor que
quiera ser Escritor, con mayúsculas, entendiendo este oficio como el hecho de
dedicarse a escribir y a promocionar su obra, difícilmente podrá hacerlo si no
tiene agente. Demasiado a menudo los autores se ven en la obligación de ejercer
funciones que poco tienen que ver con la creación literaria: buscar editorial,
hacer contactos en Ferias del libro, negociar contratos y porcentajes… Este
agotador y usualmente desalentador proceso mina la energía y la moral de muchos
creadores de historias, y tiene consecuencias nefastas. Muchos abandonan el
oficio, tiran la toalla al no percibir recompensa a sus esfuerzos o recurren a
la edición digital como forma fácil de ver reproducida su obra. Eso sin contar,
naturalmente, los que sufren las estafas y los engaños de los sinvergüenzas que
abundan en este mundillo.
En este sentido, creo que la
existencia de agentes editoriales es fundamental para la profesionalización del
oficio.
El periodista y escritor
Daniel Heredia, en su blog A los libros,
ha sido uno de los pocos que ha logrado romper el hermetismo que parece rodear
a la figura del agente literario por medio de una serie de extensas e
interesantes entrevistas a algunos de los más representativos. En su blog
podéis leer la entrevista a Palmira Marquez, de la Agencia Literaria Dospassos,
y a Eduardo Melón Vallat, de la prestigiosa AMV Agencia Literaria.
Echadles un vistazo,
porque no tienen desperdicio.
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