Es imposible eludir la realidad
incierta y sombría que nos rodea, ni ignorar que nos ha tocado vivir
una época de miseria y vanas esperanzas. Este ha sido un verano agridulce, cuyo pan de
cada día ha sido el conflicto en Siria, el aumento del paro hasta cifras
desorbitadas, la sombra de la corrupción que pende sobre el gobierno y que amenaza
con extenderse sobre la familia real…
Si bien es cierto que este blog
es un lugar dedicado al mundillo editorial, y no a la actualidad nacional, no
creo que sea posible separar ambos conceptos tan fácilmente. El pesimismo
generalizado también influye en la calidad y la temática de las novedades
editoriales, sólo hay que observar cómo el género negro se va imponiendo al
resto de novedades editoriales. No en vano se trata de un género que surgió
durante la Gran Depresión de 1929, como respuesta a la demoledora crisis
mundial que tuvo lugar durante la década de los años treinta y cuarenta. Es
imposible que, con la que está cayendo, no se produzca una nueva época de
esplendor de este tipo de literatura.
No obstante, tengo la firme
creencia de que poco a poco todo volverá a su cauce, y de que esta etapa
postvacacional puede ser un punto de inflexión a partir del cual sucedan cosas
maravillosas.
La penosa situación que nos ha
tocado vivir debe ser una excusa para leer, escribir, dibujar y
realizar
cualquier tipo de actividad creativa. La imaginación es un arma muy poderosa, y
si se utiliza con sabiduría puede hacer del mundo un lugar mejor.
Aprovecho este alegato para
dirigirme a todos los creadores, sean de la disciplina que sean: es vuestro
momento. La gente os necesita. Contad historias para aliviar las penas de los
miserables; esculpid obras de arte que hagan del mundo un lugar más bello;
pintad cuadros que adornen las vidas más grises.
El mundo necesita que uséis vuestra imaginación.
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